El Frente Amplio Unen es una gran esperanza para los argentinos y para los entrerrianos, y la alternativa de una nueva manera de ejercer el poder y hacer política. Ante las viejas prácticas que ya han demostrado su fracaso, se presenta esta posibilidad de una construcción horizontal y democrática. La diversidad de sectores que integran este espacio es lo que nos une. Vamos a demostrar que somos capaces de sintetizar esa diversidad que expresa la sociedad misma; que somos tolerantes con las diferencias y que priorizamos las coincidencias, hoy para construir y sumar, mañana para ganar y gobernar.
Desde el oficialismo han salido estos días con expresiones agraviantes a desprestigiar esta propuesta, con la falaz acusación de que se trata de un entrevero de dirigentes o fuerzas políticas contradictorias, de derecha, que terminará en eclosión. Más allá de que el Partido Justicialista, es precisamente la más clara expresión de ese rejunte de opuestos, de contener exponentes de la derecha más extrema hasta la izquierda de la lucha armada, la novedad de Unen es que sus candidaturas serán democráticamente definidas por la ciudadanía a través de las PASO, lejos del mesianismo o los dedos electores.
Entre Ríos es un penoso ejemplo de estas dos características del PJ, hoy en su etapa kirchnerista. Los legisladores provinciales fueron elegidos por Urribarri mediante un sorteo, y durante dos períodos se han desdoblado antes de las elecciones para después unirse y tener la mayoría absoluta en las Cámaras.
Los entrerrianos estamos rodeados de ejemplos donde una coalición de partidos diferentes, pero con coincidencias básicas y fundamentales, han logrado experiencias de gobierno satisfactorias y progresistas. El frentismo ha demostrado su eficacia en gobiernos provinciales, como el de Santa Fe o Corrientes, y también en países vecinos como Uruguay o Brasil.
Todos los partidos que componen este frente tienen una clara vocación de respeto a los votantes. El radicalismo, que es el eje articulador de esta propuesta, es el partido político que puede mostrar con orgullo el funcionamiento pleno de sus instituciones internas. Y ese no es un detalle menor o intrascendente: el menosprecio por la Ley y la República derivó en esta década en atropellos varios: desde el sometimiento de la Justicia hasta la burla del Indec que falsea los índices de inflación o los de la pobreza.
Ante el fin de una época, la culminación de la era kirchnerista, nosotros iniciamos un camino con un objetivo claro: llegar al poder para construir un nuevo país y una nueva provincia, lejos de la Argentina y de la Entre Ríos de la dádiva y el clientelismo, de la corrupción y la coima, del caudillaje y el adoctrinamiento.
En los próximos días el radicalismo va a tener su Congreso, y va a aprobar la constitución de Unen en Entre Ríos, que podrá tener particularidades que expresen las características propias de la provincia, pero que seguramente, igual que en la nación va a proponer un modelo de provincia que premie el trabajo, la producción y el estudio.
