A pesar del firme reclamo de numerosas organizaciones políticas y
sociales, el gobernador Urribarri acaba de promulgar la vergonzosa ley que
autoriza un millonario endeudamiento con China. Esos 430 millones de dólares de
deuda hipotecan el futuro de los entrerrianos y condiciona severamente al
próximo gobierno.
Urribarri ha despilfarrado enormes sumas de dinero para financiar su
capricho de ser candidato a presidente, a costa de la degradación de los
salarios de los trabajadores estatales, de los jubilados, de los servicios de
salud y educación. Y como presente griego nos deja una provincia altamente
endeudada
Pero el kirchnerismo se termina, y el próximo período de gobierno no la
tendrá a Cristina en la Casa Rosada, ni a Urribarri en la Casa Gris. Viene otra
época para la Argentina y para Entre Ríos. La del respeto a las instituciones,
la de la justa distribución de los recursos coparticipables, la del
federalismo, la de la decencia, la época donde hacer no va a ser sinónimo de
corrupción.
Como candidato a gobernador del radicalismo estoy convencido que, en
acuerdo con otras fuerzas políticas y sociales, republicanas y democráticas, a
partir de diciembre el pueblo entrerriano nos dará la responsabilidad de
conducir los destinos de la provincia. Con esa convicción me comprometo a revisar
y anular, si fuera necesario, este escandaloso acuerdo que pone de rodillas a
la provincia frente al imperio chino.
El dinero que es de los entrerrianos debe utilizarse para mejorar
los salarios de los trabajadores públicos, aliviar la carga impositiva de los
pequeños productores, realizar la obra pública que falta y proveer de insumos e
infraestructura a hospitales y escuelas. No para que se lo lleven los chinos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario